UC - Críticas
| País: España.
Dirección: Javier Muñoz. Guión: Javier Muñoz. Producción: César Ibáñez y José Alberto Sánchez. Fotografía: Javier Cerdá. Música: Mariano Marín. Montaje: Paco Díaz. Productora: Bow & Arrow S.L. / Chester Media Producciones S.L. / Stop and Play Eur / Bisojo Media Producciones S.L. Distribuidora: World Line Cinema
Estreno en España: 30 Abril 2015. No recomendada para menores de 7 años.
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Interpretación: Víctor Clavijo, Pedro Casablanc , Mario Pardo, Chete Lera, Alejandra Lorente, Roger Pera, Fernando Gil, Israel Elejalde, María Cecilia Sánchez. |
MI VIDA COMO UN SICARIO
Interesante acercamiento al cine negro desde la óptica patria, ‘Sicarivs’ es un muy capacitado esfuerzo por dignificar el thriller más clásico entre prostíbulos y despachos de ayuntamientos mientras un esforzado Victor Clavijo se hace fuerte poco a poco en un papel con más aristas de lo que parece.
SINOPSIS: Un sicario (Victor Clavijo) recibe el encargo de liquidar a una mujer en su casa. Sin embargo, lo que debía ser un trabajo rutinario se acabará complicando cuando, en el último momento, decida no apretar el gatillo. Sabe que al no hacerlo ha incumplido la única norma de su peculiar profesión: no ejecutar el trabajo, lo que le puede costar su propia vida. El sicario comienza entonces una carrera contra reloj para liquidar a todos los que pueden relacionarle con el trabajo, los mismos que le habían contrato.
Hay que reconocer que Javier Muñoz ha apostado el todo por el todo para su ópera prima, un relato policiaco con todos los ingredientes más tópicos (asesinos a sueldo, policías corruptos, políticos sin escrúpulos, prostitutas, etc…) que no disimula su etiqueta “made in Spain” y que incluso la subraya con orgullo. Quizá demasiado, cabría decir. Y no por la etiqueta en sí, si no por su taladrante reiteración sobre sí misma y sobre el género, con constante apelaciones al público al que incluso se le llega a invitar de que comparen al de Clavijo con el killer de Tom Cruise en ‘Collateral’ (Michael Mann, 2004). En fin.
Pero bueno. A parte de esos patinazos típicos de un guión ambicioso, hay que reconocer la planta que adquiere la película con una inusitada estructura de rumbo fijo y kamikaze y que, a pesar de lo cual, se permite interludios reflexivos sobre la profesión del sicario o incluso fantasías sobre el futurible destino de sus víctimas. Y eso sí que es marca de una cosa: de órdago al género negro, independientemente de su nacionalidad.
